*Este artículo fue publicado en la edición impresa del diario El Universal el 23 de noviembre de 2.002 y el 02 de julio de 2002 en el diario el Universo de Ecuador
En Memoria del insigne historiador Alfonso Rumaso González [1]
Fidel Salgueiro*
«Por no ver curar a Ibarra me fui hasta la plaza, y allí, encontré al Libertador a caballo, con Santander y Padilla, entre mucha tropa que daba vivas al Libertador”. Cuando regresó a la casa me dijo: “Tú, Libertadora del Libertador” … “La muerte se cebó en la agonía y en los despojos de esta mujer extraordinaria, como si hubiese querido acrisolarla definitivamente, a fin de que ocupase con totalidad de derecho que el sitio admirativo que le corresponde y en el cual se encuentra». «Manuela Sáenz La Libertadora del Libertador», Alfonso Rumazo González[2], 1944.
Muchos de nosotros hemos escuchado y repetido la frase: «La Libertadora del Libertador», título acuñado por Bolívar a una hermosa y heroica mujer, patriota de la gesta emancipadora de la independencia, nacida en Quito, de nombre Manuela Sáenz, pero tal vez, muy pocos de nosotros sepamos que aquel título, impregnado de gloria, compromiso y amor, nos llegó de la pluma de uno de los más grandes historiadores de Ecuador y Venezuela: Don Alfonso Rumazo González.
Insigne escritor, bolivariano consecuente, nos dejó como legado, dentro de la majestuosidad de su creación, tres grandes ensayos sobre tres inmortales personajes. El primero publicado en 1944, sobre la fascinante Manuela Sáenz, «La Libertadora del Libertador», el otro publicado en 1980, titulado «Antonio José de Sucre, El Gran Mariscal de Ayacucho» y “Francisco de Miranda: Protolíder de la independencia americana”, probablemente una de las mejores biografías publicadas sobre el General Francisco de Miranda y por supuesto una biografía sobre Simón Bolívar titulada tal cual.
Para 1932 Rumazo González, ya era un escritor consumado, la Academia Ecuatoriana de la Historia lo había premiado por su trabajo Gobernantes del Ecuador, (1830-1932). Su densa obra intelectual incluyó no sólo ensayos políticos e históricos, sino los géneros literarios de la novela y la poesia. Del primero destacan “Los Ideales” y “Esmeralda” y del segundo el poemario “Vibración Azul”.
En tiempos de revolución, donde Bolívar es la consigna, la partida de este ilustre hombre de América, auténtico bolivariano, debería servirnos para reflexionar y pedir que sus restos descansen en paz.[3]
Publicado el septiembre 15, 2018
*Fidel Salgueiro Articulista y escritor
[1] Alfonso Rumazo González mantuvo en el diario El Universal y por mas de 50 años, una columna dominical llamada “Derroteros”.
[2] Alfonso Rumazo nació en Latacunga, Ecuador, en 1903, se radico en Venezuela en 1953 donde se dedicó a la enseñanza como profesor en la Facultad de Humanidades de la Universidad Central y en la Universidad Santa María. Fue profesor honorario de la Universidad Simón Rodríguez de Caracas. Miembro de Número de la Academia Nacional de Historia del Ecuador, correspondiente de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela; de Número de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, correspondiente de la española y correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua; fue miembro de la UNESCO – División de los Derechos del Hombre (Especialista).
Desarrolló una intensa actividad como articulista ―más de 6.000 artículos publicados en periódicos y revistas de América Latina y Europa y público más de 30 libros publicados en campos diversos (poesía, narrativa, crítica literaria, ensayo histórico). Ha sido el único historiador en escribir sobre Manuela Sáenz, también fue candidato al Premio Nobel de Literatura. Falleció en Caracas en 2002.
[3] Siendo un historiador de renombre y bolivariano consumado, por ser crítico del gobierno de Hugo Chávez, no se le dio rindió honores oficiales al momento de su muerte. Este artículo fue escrito en su memoria y agradezco a Dios la oportunidad de haberlo conocido y escuchado, durante 30 años de mi vida fui un lector consumado de su columna y tuve el privilegio de haber leído las cuatro biografías que menciono en este trabajo, la de Miranda en particular permite entender de un modo simple la grandeza y visión de este caraqueño universal.
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