De Celso Furtado a Lula*

Fidel Salgueiro

*Este artículo fue publicado en la edición digital del diario El Universal de Caracas   el 05 de octubre de 2010 

“Cuando la capacidad de un hombre se vuelve hacia el descubrimiento de sus potencialidades y él se empeña en enriquecer el universo que lo creó, se produce lo que llamamos desarrollo”. Celso Furtado.

Muy probablemente para entender lo que políticamente acontece en Brasil, su pujante desenvolvimiento económico y social, la creciente influencia y peso especifico en la región, o el por qué sus políticas públicas vienen siendo consistentes desde finales del 90, sea necesario remontarnos a uno de los economistas, brasileño para más señas, que más influencia han tenido en América Latina y muy en particular sobre el pensamiento cepalista[1], nos referimos a Celso Furtado.

Muy pocos intelectuales nacidos en este desigual continente, pueden exhibir como carta aval entregar el corazón, los pensamientos y la obra intelectual de toda una vida por la construcción de un país más justo y solidario, que como bien lo expresó Carlos Mallorquin, en su trabajo “Celso Furtado: Vida y Alma de Brasil”, y además mantener “dicha utopía durante más de cinco décadas.

El Brasil de Lula, no solo de este último es justo decir que comenzó con Fernando Enrique Cardozo, el más brillante presidente que ha tenido la región después de del quinquenio de Betancourt en Venezuela, es el mismo donde las izquierdas han demostrado que es posible gobernar con sentido común[2]. En general la elite política del Brasil, se han planteado como reto, y no solo como sueño, hacer cotidiana la utopía de Furtado, alcanzar el desarrollo y el crecimiento económico, siendo a la vez un país más humano y mas social.

Como uno de los padres del estructuralismo, Furtado trató de tomar en cuenta para el análisis macroeconómico, la importancia de factores como el régimen de propiedad de la tierra, el control de empresas por grupos transnacionales, o la existencia de un contingente laboral fuera de los mercados organizados, elementos no económicos pero importantes para entender la falta de desarrollo en países con tantas asimetrías sociales como los latinoamericanos,

El estructuralismo, tomó del pensamiento marxista los análisis de las estructuras sociales para comprender el comportamiento de los agentes económicos y el fenómeno de dependencia cultural que en cierta medida había alterado nuestros patrones de consumo, con los consecuentes impactos económicos y de desarrollo.  En el fondo de lo que se trató es de delegar el estado el desarrollo de obras que por falta de mercado era posible desarrollar con capital privado, como por ejemplo los grandes proyectos hidroeléctricos, su parte negativa es que sembró la idea del estado en el ideario latinoamericano y esto en Venezuela se percibió con mucha más fuerza.

Las tesis de Furtado y Presbich, entre otros mantuvieron su vigencia desde los 50 hasta entrados los 80, cuando el Estado comenzó a ser cuestionado como rector del desarrollo.

Si bien en los 90 las tesis neoliberales y de apertura, golpearon con mucha fuerza el modelo cepalista y al estructuralismo, propiciando un crecimiento económico y ajustes en cuanto a la productividad y competitividad de los países, no es menos cierto que este crecimiento no estuvo acompañado de una reducción de la pobreza.

Pese a ello muchos de los correctivos del 90, permitieron a la América Latina sembrar las bases para salir airosos de la crisis económica del 2008. Con la excepción de Venezuela, cuya crisis política y económica es difícil de entender para alguien que no viva en Venezuela.

El pensamiento de Celso se reencuentra con el Brasil, en la presidencia de Cardozo, formado en el CENDES[3] de Venezuela, quien desarrolla un modelo donde “tanto mercado como fuese posible” y tanto “estado como fuese necesario” convirtieron a Brasil en un gigante y bajo el gobierno de Lula se siguió con esta línea de mercado, aunque dándole una figura neo-estructuralista.

En lo personal creo que hay resultados visibles, una visión de desarrollo, un país más solidario y con menos pobreza, con una clase empresarial apoyada en su expansión regional por el estado y el gobierno.

Falta mucho por hacer, el Brasil hoy es un país unido, consciente de sus realidades, lo refleja el 80% de popularidad de Lula después de dos periodos. Como venezolano pienso mucho en esto. Hoy los tres más importantes candidatos de Brasil, vienen de la social democracia o de la izquierda.

Con seguridad Dilma ganara las elecciones, pero si el ganador fuese Serra, el destino de Brasil va escrito en las letras verdes de prosperidad.[4][5]

Publicado el 26 de octubre de 2018

[1] CEPAL La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) es el organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas responsable de promover el desarrollo económico y social de la región. Sus labores se concentran en el campo de la investigación económica.

[2] El tiempo ha demostrado que esto fue un maquillaje y que muchos de los que pensábamos que Lula lo estaba haciendo de una forma distinta nos hemos tropezado con el mas gigantesco experimento de corrupción  el «Caso Odebrecht» que salpicó a todos los gobiernos del llamado socialismo del siglo XXI.

[3] Centro de Estudios del Desarrollo

[4] Este articulo nos fue solicitado a los colaboradores de opinión el 01 de octubre de 2010, por el Editor de Opinión del Diario el Universal Miguel Maita a raíz de las elecciones de Brasil donde Dilma Rousseff salió electa presidenta por el partido de Lula.

[5] Debo reconocer que me equivoque en mi percepción puesto que la  corrupción del gobierno de Lula va a llevar a la presidencia del Brasil a un populista de derecha con un verbo peligroso. Solo espero que no sea tan malo como parece.

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