Fidel Salgueiro
Publicado en la edición impresa del diario El Universal de Caracas el 6 de diciembre de 2005.
No hay que ser demasiado duros la hora de juzgar los desaciertos en los pronósticos de brujos, adivinos, videntes y lectores de estrellas de este año que termina. Ni hablar de los analistas políticos y económicos quienes no dieron pie con bola en casi todo el año.
Menos dolorosos, por supuesto, han debido resultar los fallos en la inmensa lista de presagios incumplidos como que “Fidel Castro se moriría este año”, algo que por la edad debe ser una fija en cualquier momento; “Bin Laden será atrapado próximamente»
[2] y dejara de ser un gran fiasco para la CIA cuyos agentes a cambio de no poder atraparlo, la han cogido con el mejor gobierno que ha tenido Venezuela en toda su historia republicana[3].
Sin dudas, el mayor pelón[4] ha sido no haber detectado un posible cambio en la bandera y otro en el escudo nacional[5], inspirado este último en una simple pregunta paternal. Algo obvio de pasar cualquier gobierno que se precie revolucionario, donde el líder decide desde estas cosas hasta el diseño del método ChaAz[6], que sinceramente suena como a jugar rojo[7].
De los aciertos, muchos videntes predijeron lo que iba a pasar con la Ley RESORTE[8], la cual ha servido para que el Chavo[9] siga siendo tan repetido y fastidioso como los discursos presidenciales contra el imperio.
El sociólogo alemán Edgar Wunder que a pesar de llevar un apellido que significa «milagro» en alemán, y es todo un escéptico, desde 1990 viene analizando el tema de los pronósticos y se ha tomado la molestia de revisar cerca de 1.200 profecías. Su estudio le permitió llegar a la conclusión «que los aciertos en las predicciones eran tan solo del 4%».
Pese a ser tan bajo el porcentaje de aciertos, la gente sigue creyendo en brujos, videntes y astrólogos quienes mueven una parte importante de nuestro PIB[10]sobre todo en esta época del año[11].
Llega pues un año nuevo y todos deseamos conocer que nos deparará, quizás lo mejor sean las sorpresas, como hasta ahora donde todo esto había que vivirlo para creerlo[12].
[1] Fidel Castro falleció el 25 de noviembre del 2016, a las 10.29 horas de la noche. En la Habana, Cuba a los 90 años. De muerte natural, yo esperaría que al igual que Chavez, llevándose un cargo de conciencia a cuestas, por el daño que le han hecho a sus pueblos.
[2] La muerte de Osama, Bin Laden, fue anunciada por Barack Obama el 2 de mayo de 2011, cuando las unidades de élite de las fuerzas militares de EE. UU. los Navy Seal, lo abatieron en un tiroteo en Abbottabad, Pakistán.
[3] En el gobierno se volvió una constante culpar a la CIA y al imperio de todos los males nacionales y no a la propia incapacidad del gobierno revolucionario, de sus funcionarios y a la abundante pero ineficaz «auto-critica revolucionaria».
[4] En Venezuela sinónimo de fallar, equivocarse, “me pele en la última pregunta” que es igual a decir me equivoque en la última pregunta.
[5] Chávez cambió los símbolos patrios. En el caso del Escudo confesó en su programa dominical que lo había hecho porque su hija Rosa Inés le había preguntado el por qué el caballo giraba a la derecha y decidió cambiarlo a la izquierda.
[6] En enero del 2006 Chávez anunció que se “proponía recuperar unos tres millones de hectáreas que estaban en manos privadas para entregarlas a campesinos pobres”.
La medida formaba parte de una agresiva reforma agraria que Chávez lanzó en agosto de 2004, para combatir lo que el propio Chávez llamaba “feudalismo moderno”: la propiedad de grandes extensiones de tierras en manos de los más ricos.
A fines de marzo del 2006 dos funcionarios del Instituto Nacional de Tierras, (INTI) acompañados de 100 militares armados llegaron al hogar de Carlos Azpurúa en la estancia La Marqueseña y le anunciaron “que gran parte de sus tierras pasarían a manos del Estado. «
Azpurúa un ingeniero de 57 años-para ese momento llevaba más de tres décadas dedicado a la actividad agropecuaria, criaba ganado y producía carne, leche y cereales-.
El acto de expropiación se oficializó en el programa de televisión “Aló Presidente” en el cual a la Marqueseña se le expropiaron 6.500 de sus 8.000 hectáreas, correspondiendo la indemnización a las bienhechurías (mejoras) realizadas por la familia Azpúrua durante los 57 años que explotaron esas tierras.
Carlos Azpurúa frente a las cámaras de televisión tuvo que asumir el hecho y exigir el justo pago y el derecho a apelar ante los tribunales. Este tipo de solución, que se aplicó a otros hatos, fue bautizado por el presidente como “el método ChaAz” (Chávez-Azpúrua) en ese programa Aló presidente.
En 4.200 hectáreas de La Marqueseña, Chávez fundó el Centro Genético Productivo Socialista Florentino, con el fin de mejorar la raza bovina cebú y producir semillas certificadas para que los pequeños y medianos productores aumenten su producción de leche y carne así como sus cosechas. Pese a esas aparentes buenas intenciones hoy Venezuela importa más del 80% de los alimentos que consume y 100% de las semillas y las haciendas expropiadas lucen como tierra arrasada, al igual que todo el país.
La Marqueseña tenía un valor sentimental para Chávez, quien argumentaba en televisión que allí vivió su bisabuelo, Pedro Pérez Delgado “Maisanta” para algunos, entre ellos el propio Chávez, era un caudillo popular que se levantó contra el dictador Juan Vicente Gómez; para otros era un bandolero, es muy poco lo que se conoce de este personaje. En cualquier caso forma parte de ese anecdotario con el cual el presidente quiso presentar que por sus sangres corría una herencia revolucionaria.
El Centro genético fue una empresa estatal a la que se le llegaron a asignar 25 millones de dólares. En agosto de 2005 comenzó a ser construida la sede de 8.000 m2, con laboratorios y corrales para la recolección de semen, salones de clase y centro administrativo. Debió entrar en funcionamiento en marzo de 2007. Hoy no queda nada
El centro reservó 500 hectáreas a una cooperativa de 42 familias campesinas – que habían denunciado las tierras de La Marqueseña como ociosas- y recibieron un crédito equivalente a 800.000 dólares. De las 2.460 hectáreas que no fueron asignadas al centro, 800 se repartieron entre otras cuatro cooperativas. De esto tampoco se sabe nada y esos créditos fueron pagados al estado por sus beneficiarios.
En manos de Azpúrua, la Marqueseña Tenía 60 empleados directos, producía 320.000 litros anuales de leche, se sembraban más de 100 hectáreas de maíz y 200 de sorgo.
El método CHAAZ, el único acuerdo que realmente generó fue «esperar por una decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)» para proceder al pago justo o en su defecto revocar la medida.
En 2010 el TSJ se pronunció en contra. Nunca se supo si Azpúrua llegó a recibir indemnización alguna, en el supuesto que ésta hubiese ocurrido.
Se sabe que fueron Inútiles los esfuerzos de Azpúrua por contactar al presidente de la República, o al ministro del Interior y Justicia, designado por el propio presidente como interlocutor en este caso.
La Marqueseña hoy no produce nada, como ninguno de los fundos agrícolas y pecuarios expropiados y luce en completo estado de abandono.
Es sin dudas una explicación de la dolorosa situación de hambre que hoy vive Venezuela
[7] Trabaleguas venezolano. Es una forma elocuente, y grosera, de decir en el argot popular que perdiste algo “vamos a jugar rojo tu te agachas y yo te…”.
[8] Ley de Responsabilidad Social en Radio y TV herramienta legal promulgada para cercenar la libertad de expresión.
[9] Programa de televisión mexicano llamado el «Chavo del 8».
[10] Producto Interno Bruto.
[11] En Venezuela durante el mes de diciembre se volvió tradición consultar a astrólogos y videntes. De hecho se hacían un sin número de programas de televisión, con expertos del tema, en los que se nos anunciaba lo que podíamos esperar para el nuevo año.
[12] Lo vivido en Venezuela en todos estos años había que vivirlo para creerlo y contarlo. Es la razón por la que en este blog y el porque tome la decisión de volver a publicar todos mis artículos, inicialmente presentados en el diario El Universal de Caracas, en su edición impresa, entre los años 2002 y 2007. Creo que es importante dejar un testimonio para que esto no se repita.
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