FIDEL SALGUEIRO
Publicado en la edición impresa del diario El Universal el 03 de junio de 2006.
Los juegos de palabra, el doble sentido o el jugar con la rigidez del lenguaje, suelen causar risa. Al igual que la locura, el humor es una sorpresa. De ahí que ambos, el humor y la locura, respondan a manifestaciones difíciles de interpretar por una persona que no sea del mismo país del loco o del humorista, ya que a veces es imposible reírse o emocionarse sino se tiene una referencia cultural.
Por ejemplo, si usted es sueco, jamás podría reírse de los chistes del Conde del Guácharo o de Laureano Márquez[1]. Ni mucho menos entender el humor de Radio Rochela[2]. Ello también sirve para explicar, por qué nosotros nos tomamos Aló presidente como un programa de variedades y en el extranjero no lo entienden bien, o que el anuncio de una película sobre el 11 de abril[3] pueda llevarnos a pensar en una parodia sobre una renuncia, que ahora resulta que no fue tal, o ver como locura que quienes antes se encapuchaban en la Plaza Las Tres Gracias[4] -los días jueves- y que hoy son ministros o conductores de programas del canal de la revolución, todos ellos con panza, calvos o con canas vean las actuales protestas estudiantiles como cosas del imperio.
El humor no nos sacude a todos por igual, ni tampoco nos afecta igual en momentos y en espacios diferentes. Por ejemplo, un público solo de mujeres ríe más alto que uno de hombres con el mismo chiste. La gente, en general, se permite reír para afuera en un grupo de al menos 20 personas.
Reírse solo en un evento público, es siempre un acto de coraje o de locura. Por eso nadie ríe en el estudio de Aló presidente, usted en su casa tal vez lo hace, pero en el estudio esto solo pasa cuando el líder cuenta un chiste, ofende a algún gobernante extranjero o canta rancheras. [5] El humor al igual que la locura protege y permite decir cosas que de otra forma no podrían ser dichas.
Nuestro gran dilema es que tenemos un gobierno con un gran sentido del humor, pero a veces no sabemos si la broma es en serio, es humor o es locura.
[1] Humoristas venezolanos
[2] Programa de humor y sátira, fue el más famoso del Venezuela, donde se parodiaba situaciones cotidianas, políticos, artistas y protagonistas de telenovelas. Su primer episodio fue en julio de 1959 y el último el 5 de abril de 2010. Con el cierre de RCTV, el mas importante canal privado de TV de Venezuela, desapareció este programa que transmitió 2652 episodios.
[3] Refiere al 11 de abril de 2002 cuando ante una impresionante marcha popular, el ministro de la defensa y el alto mando militar admitieron haber recibido la renuncia del presidente “la cual aceptó” y que con el tiempo resultó “no ser cierta”
[4] La Plaza las Tres Gracias es un espacio público de Caracas, ubicado en la parroquia San Pedro, Urbanización Los Chaguaramos. Fue construida en el año 1935 conformando uno de los espacios humanizados de la ciudad. Está diseñada por un espejo de agua de forma orgánica, con curvas libres, bordeado por aceras y jardines con especies arbóreas representadas por el conocido sauce llorón. En el extremo sur del espejo de agua se encuentra la obra del escultor italiano Pietro Ceccarelli, quien de manera ejemplar copió la obra «Las Tres Gracias» realizada por el máximo representante del neoclasicismo escultórico: Antonio Canova (1757-1822).
La plaza se encuentra en el Paseo Los ilustres el cual forma parte del Sistema Urbano de La Nacionalidad, justo frente a la Ciudad Universitaria de Caracas, campus de la principal casa de educación superior de Venezuela, la Universidad Central de Venezuela. Durante toda la década de los 80 esa plaza fue epicentro de conflictos estudiantiles con efectivos policiales, que se desarrollaban religiosamente todos los jueves en horas de la tarde, afectando el tráfico de la zona.
[5] Todo eso y mucho mas era posible disfrutarlo en Aló presidente, programa presidencial tragi-cómico hecho para vender con humor la falsa idea de que tendríamos un mejor país. Ni sirvió para hacer reír ni tenemos un mejor país, por el contrario cerca de seis millones de venezolanos hacen vida fuera de Venezuela buscando la esperanza que les fue robada en ese programa.
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