Fidel Salgueiro
*Publicado en la edición impresa del Diario El Universal el 29 de abril de 2003
En la barra del bar se escucha la frase —mesero una Mentira ¡Por favor! —Y.… ¿qué es eso? — responde el hombre con asombro. El bebedor de inmediato replica: —Es un trago que se sirve con ron, Coca-cola y limón.
Sonriente, el mesonero comenta: — iAh!… Señor pero eso es una Cuba libre.
—Y también es una Mentira—. respondió rápidamente el bebedor.
La Cuba Libre o Mentira es un trago que fue inventado a finales del siglo XIX, en concreto en 1890 en la isla de Cuba por un marino que abrasado por el sofocante sol del mar Caribe quiso refrescarse con un vaso de ron con Coca-cola.
En los países del ámbito anglosajón el trago es conocido como Rum and Coke y en España como Cubata. Al desaguisado etimológico entre Cuba libre y Rum and Coke contribuyeron en gran medida los barmans norteamericanos que, el finalizar la Segunda Guerra Mundial, popularizaron en sus locales -en la edad dorada de los cocteles- el Rum and Coke.
Llegó la revolución y puso las cosas en su sitio. Rebautizó al Rum and Coke original, como Cuba libre y así de un plumazo eliminaron las posibles referencias imperialistas de la bebida gaseosa y lo hicieron de manera sumaria; tal como recientemente lo acaban de hacer con la condena a muerte de tres disidentes[1] que, huyendo de Cuba secuestraron fallidamente una embarcación. Grave error en un país que se planteó como reto construir el Hombre Nuevo y este ha resultado balsero.
De acuerdo con los revolucionarios venezolanos están bien condenados, básicamente porque la ley cubana así lo permite y porque además los enemigos del proceso bolivariano no critican a EE. UU. con la misma severidad cuando aplica la pena de muerte en uno de sus estados. En descargo podemos decir que en el país del Norte, desde que ocurre la sentencia hasta que se lleva a cabo la ejecución, pueden pasar entre 2 y 10 años, nunca nueve días. Todo por el justo derecho a la defensa.
En Venezuela la confusión es aún mayor, ni Cuba libre ni Rum and Coke, aquí se le llama whisky 18 años. Y los revolucionarios lo toman prácticamente a diario. En la hora de almuerzo, como aperitivo o a partir de las 6 de la tarde y sobre todo a la hora de brindar por algún «guisito[2]» revolucionario.
[1] El 02 de abril de 2003 tres personas se hicieron con el control de un ferry con 40 pasajeros a bordo en la bahía de La Habana. Intentaron secuestrar la embarcación para llegar a Florida. Fueron capturados y en nueve días fueron juzgados y ejecutados, por «graves delitos de terrorismo y contra la revolución».
Este caso fue tan emblemático que el premio Nobel de literatura José Saramago publicó en el Diario El País el 14 de abril de 2003 el artículo «Hasta aquí he llegado» donde condenó los juicios sumarísimos a disidentes en la isla y las ejecuciones de tres secuestradores.
El escritor se preguntó por qué Cuba no había expulsado del país al jefe de la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana si efectivamente tenía pruebas de conspiración en su contra y luego agregó «Cuba no ha ganado ninguna batalla heroica fusilando a estos tres hombres, pero sí ha perdido mi confianza, ha dañado mis esperanzas, ha defraudado mis ilusiones. Hasta aquí he llegado”.
[2] “Guiso” negocio turbio producto del peculado. Tan de moda en la revolución Bolivariana y el gran causante de la ruina del pais
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