*Publicado en la edición impresa del Diario el Universal de Caracas el 06 de noviembre de 2003
Fidel Salgueiro
¡Alo!, ¡Mi amor! estoy saliendo del supermercado y ha sido terrible. Todo comenzó buscando dónde estacionarme, mientras daba vueltas y escuchaba a Pedro Penzini[1], el presidente se encadena[2], para hablar de la campaña admirable y las empanadas.
Por fin consigo un puesto y un “rolo de vivo” [3] se me colea [4] . Hice como dices, «paciencia y respira hondo». Después de media hora, acalorada y sin radio, logre estacionarme. Entro, cojo un carrito de supermercado y voy a la sección de lácteos. El jugo de naranja, además de estar vencido subió de precio.
Traté de comprar un cuarto de kilo de jamón, y la fila era larguísima, bueno antes había tres empleados y ahora solo hay uno. Cosas de la crisis, mi vida. En fin, aquello era para morirse, solo te venden dos kilos de arroz por persona; y como las cosas están tan caras, la gente revisa los precios antes de llevarse algo, y como solo hay un lector de barras, fueron inevitables los tropezones y las filas de personas. Respiro hondo. Me dirijo hacia las carnes y se me atraviesa una vieja, caminando más lento que caravana de cojos. Llego y me encuentro un solo despachador. Otra fila y el pollo y la carne están carísimos. Volví a respirar hondo.
Después de dos horas de castigo, me voy para la caja a pagar. Busco la fila más corta, pero no se mueve. Me cambio y la que había dejado empieza a moverse más rápido. Me vuelvo a cambiar y entonces, la misma vieja de las carnes se atraviesa.
«¡Paciencia!» repito esta vez en voz alta. Un muchacho con un solo artículo me pregunta ¿Me deja pasar? Lo miro y le digo —: haga su fila como todos me responde —: gracias amargada!
Salgo molesta, y el carro no está, se lo han robado y el seguro está vencido. Así que por favor. ¡Paciencia un carajo! y no se te ocurra volver a decirme que no irás a firmar[5] porque te pueden despedir.
Chao. Voy a poner la denuncia del robo a la policía, aun cuando sé que solo me dirán: «dele gracias a Dios que no le paso nada, casi siempre los roban con pistola”.
Imagen de Hans
Braxmeier en Pixabay
[1] Farmacéutico y deportista. Tenia un programa de radio todas las tardes de 4 pm a 6 pm. Era una persona muy querida y con muchos seguidores y el público en general.
[2] Chavez en el proceso que antecedió al referéndum obligaba a todos los medios de radiodifusión a transmitir sus discurso, algunos de los cuales podían durar horas. Eso se llama en Venezuela encadenar a los medios.
[3]Persona que pasa por encima de los demás.
[4]No respeta la fila
[5] Ir a firmar para solicitar el Referéndum Revocatorio para revocar el mandato del presidente Chávez.
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